El jueves 24 se presentó La mancha mongólica (Surnumérica, 2019) de nuestro autor Paúl Puma en la Feria Internacional del Libro Digital de Guayaquil 2020, de Ecuador. La lectura central del libro estuvo a cargo del crítico literario Iván Rodrigo Mendizábal. Fue una estupenda lectura que, en parte, queremos compartir con ustedes. Aquí los primeros párrafos de dicha lectura:
«Hay una escena en un viejo filme de Hal Ashby, Coming Home (Regreso sin gloria, 1978) en la que Jane Fonda, en el rol de Sally Hyde, casada con un oficial del ejército que lucha en Vietnam, tras enamorarse de un excombatiente parapléjico, tiene relaciones sexuales con este, interpretado por Jon Voight. Este excombatiente, aparte de su condición que le obliga a ir en silla de ruedas y cargar consigo una bolsa con su orina que tampoco puede controlar del todo, tiene traumas de guerra; con la ayuda de Sally, trata de superar lo que ha vivido y juntos deciden tener relaciones sexuales. La escena, rodada por Ashby, reflejando lo humano de una situación compleja, al mismo tiempo quería expresar que para un parapléjico es difícil tener una erección, a menos que se pueda estimularlo por vía oral. La situación termina siendo memorable porque Sally sí tiene un orgasmo y el excombatiente en cierta medida supera su miedo. Fuera de esta descripción, sin embargo, lo que prevalece en el filme de Ashby es presentar la fuerza del amor, pese a las condiciones adversas de los cuerpos, a las contingencias que implica sobrellevar la carga de la discapacidad y, por otro lado, representar la sexualidad y el cuerpo desde lo libertario. La película es claramente política al denunciar la guerra.
El libro que comentaré en cierta medida tiene que ver con el filme de Ashby. El título: La mancha mongólica (Cascahuesos/Surnumérica, Arequipa, 2019) del escritor ecuatoriano Paúl Puma. ¿En qué se emparenta? En la representación de cuerpos otros, muchos de ellos relacionados con la discapacidad, con condiciones especiales, en contextos de relaciones íntimas.
En La mancha mongólica leemos e imaginamos mujeres y hombres, adolescentes y jóvenes, los cuales, pese a sus limitaciones o sus problemas intentan apostar en el contexto de la sexualidad y del erotismo. Tarea harto difícil de hacernos imaginar por parte de Puma estas situaciones, a nosotros que estamos acostumbrados –y no se lea esto como un desprecio o como algo parecido– a ver e imaginar cuerpos, digamos, “normales”, relaciones sexuales entre personas que lo tienen todo y nos les falta nada. La fotografía y el cine han permitido una explosión de las corporalidades “normales”, la desnudez, el erotismo, las relaciones humanas, al punto de llegar a las fantasías más convencionales o a las fabulaciones más o menos edénicas en el mundo moderno. Puma, por el contrario, con La mancha mongólica propone una perspectiva distinta de las relaciones humanas, del amor, de la sexualidad y el erotismo ya que sus personajes tienen siempre alguna disfunción, alguna discapacidad, algún trastorno, algún síndrome, etc., las que hoy en día se entienden como condiciones especiales.
La mancha mongólica es un libro de cuentos cortos, organizado al modo de un catálogo. Cada cuento es una letra del alfabeto, pero ninguna letra es el significado o la apertura de lo que puede implicar cada cuento. Se puede decir que, organizado así, es un catálogo que la literatura erótica o la literatura incluso pornográfica ha dejado de lado».
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