EL PELIGRO DE SER POETA Hay poetas a los que uno no desearía leer nunca (la mayoría, pues, se encuentran en Lima, salvando honrosas excepciones sesenteras, setenteras) y hay otros a los que se vuelve sin meditar mucho en el tiempo o en las circunstancias, Westphalen es uno de esos poetas que han dejado escuela a pesar de su escasa obra. Aquí, a la intemperie del parnaso, Oscar Saldívar emplea esas herramientas premodernas como la soledad, la angustia para elaborar un discurso cuya búsqueda dialógica recrea una voz que a través de recursos reflexivos enlaza la desmesura de la cotidianidad con la precariedad de ese ser que observa el mundo desde la periferia y por otro pone de manifiesto esta realidad paralela que se incrusta en las palabras. Saldívar ha dejado de ser impetuoso, ya no erra por el exacerbado contexto de su subjetividad. Ahora es peligroso, es poeta. I Esta osamenta Pagana e insepulta Es una fábula Una balsa que agoniza Esta resistencia Multiplica el desencanto Es una isl...
Editorial independiente del sur del Perú.