El día de ayer se cumplieron dos años de la partida de uno de nuestros grandes autores: el gran Enrique Verástegui, de quien publicamos Teoría de los cambios (2009), Diario de viaje: Arequipa (2016) y su libro póstumo Albaco (2019). Por este motivo, el diario El Comercio le hizo un breve pero vital homenaje bajo el título «Enrique Verástegui: dos poemas para recordar al inmenso fundador de Hora Zero», en la revista Somos.
A continuación transcribimos uno de los poemas que apareció en Teoría de los cambios:
Maitreya
Me he sentado a esperar la vejez.
No pienso ni hago nada hasta que llegue otra generación
a desempolvar el brío, los libros dorados, las matemáticas,
el cuerpo, el alma, el universo,
todo ese conocimiento sepultado por el rencor, la gnosis que demuestra que lo infinito
está en lo finito
donde está, realmente, el universo.
Florecí más que nadie
pero perfidia cayó sobre mí,
doblándome como una flor, herrumbrándome, y fui silenciado.
Maitreya pasó desapercibido como una sombra
por la vida,
¿no dan ganas de llorar?
Se llora de pena, de tristeza, de rabia. También cuando ciega la belleza.
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